En todo trabajo existe una posible situación ideal. El conserje de la escuela sueña con un lugar donde estudiantes y profesores sean limpios y respetuosos (y todos acierten al usar el WC). El camionero sueña con una carretera con poco tráfico y buenos conductores, en la que nadie se cambie tres carriles de un tirón a 200 km por hora. El chef de un restaurante sueña con clientes que, no solo no den problemas, sino que le feliciten por la comida. Seguro que tú también tienes una idea de cómo sería la situación ideal en tu trabajo.

 

¿Y los traductores? ¿Con qué sueñan mientras trabajan?

 

soñar con errores gramaticalesPara empezar, con textos para traducir que estén bien escritos y no tengan ambigüedades ni errores gramaticales. Así da gusto trabajar; pero, por desgracia, no siempre conseguimos lo que queremos.

 

Los traductores podemos obsesionarnos bastante con todo lo relacionado con los idiomas y con la gramática, no lo vamos a negar. Sin embargo, cuando se aplica a nuestro trabajo, lo cierto es que esos errores gramaticales pueden tener consequencias nefastas como, por ejemplo, disminuir nuestra productividad y la calidad de nuestro trabajo.

 

Hoy hablaremos sobre las estrategias que utilizamos para enfrentarnos a textos mal redactados, casos de ambigüedad y errores gramaticales.

 

Kowalski, análisis

 

El primer paso del proceso de traducción es leerse todo el texto, por supuesto. Esto no solo nos ayuda a familiarizarnos con el contenido, sino también a encontrar posibles errores. Si hay alguna parte que nos vaya a dar problemas, podremos verla desde el principio. Esto nos permite prever de qué forma afectará a nuestro trabajo.

 

En nuestra experiencia, lo más normal es utilizar nuestra habilidad de deducción. Nos apoyamos mucho en el contexto. Aunque el texto contenga errores gramaticales, podemos deducir la intención del autor y expresarla en la lengua de destino. Esto es muy común en textos informales como cartas, correos electrónicos y memorándums. En estos casos, podemos evitar preguntar al cliente según nuestro propio juicio.

 

¿Por qué? Porque lleva tiempo, claro. Tiempo que podemos utilizar para ser productivos y traducir. Además, no es buena idea molestar al cliente con pequeños errores que quizá sean solo una erratas. Esto podría dificultar nuestra relación y poner en duda nuestra capacidad para resolver las contingencias habituales.

 

Preguntar al cliente

 

Pues sí, dicho eso, a veces lo mejor es preguntar al cliente.

 

En casos donde la gramática puede conducir a la ambigüedad, resolver dudas con el cliente puede ser de gran ayuda. Por ejemplo, pongamos que te encuentras una frase en la que falta una palabra, o en la que la estructura sintáctica es un lío. Quizá la puntuación está mal o ni siquiera existe. En cualquier caso, nos quedamos con la duda.

 
[caption id="attachment_1907" align="aligncenter" width="400"]ambigüedad “Sherlock vio al hombre con los prismáticos”


 

Esta imagen es un ejemplo muy bueno de ambigüedad sintáctica. No presenta errores gramaticales, pero muestra lo fácil que es que caer en la ambigüedad. Pongamos otro ejemplo:

 

“Mi primo fue a casa de María en su coche”.

 

¿Lo ves? ¿Con qué coche fue a casa de María mi primo? ¿Con el suyo o con el de María?

 

Nuestro trabajo como traductores es trasladar los contenidos del texto original a otra lengua. Esto nos puede resultar complicado si una parte del texto es ambigua hasta el punto de ser indescifrable. En estos casos, es necesario contactar al cliente para pedir una clarificación. Así podemos asegurarnos de que el cliente recibirá una traducción de calidad. Esto demuestra la dedicación profesional de la que estamos tan orgullosos. Mientras esperamos que el cliente responda, continuamos con el resto del texto para adelantar trabajo.

 

Además de la búsqueda de la precisión y la calidad, hay otros motivos igual de importantes para preguntar al cliente. En algunas especialidades de traducción, como la médica, la técnica o la jurídica, un error en la traducción del contenido del texto puede tener consecuencias catastróficas. Diagnósticos erróneos, declaraciones sin validez o peligros para la seguridad, por poner unos ejemplos; y la culpa será del traductor. Por esta razón, cuando tenemos motivos para dudar, lo mejor es no dar nada por sentado.

 

Sin embargo, es importante encontrar el equilibro.

 

No te pases

 

Ya hemos dejado claro que preguntar al cliente es una buena práctica, a menudo necesaria. Por otro lado, saturar al cliente con preguntas sobre errores gramaticales no es tan buena idea.

 

En vez de contactar al cliente cada vez que encontramos una ambigüedad, podemos hacer una lista. Durante la primera lectura marcamos todas las áreas problemáticas. Después acotamos la lista a las dudas que no podemos resolver con nuestro propio juicio y se la mandamos al cliente. Cuanto antes respondan, mejor, claro. Del mismo modo, el cliente agradece que les hagamos las preguntas de una forma ordenada y práctica.

 

La desambiguación conviene a ambas partes. Por eso, la mayoría de los clientes suelen contestar a todas las dudas de buena gana. Esta relación de trabajo, sin embargo, debe acordarse previamente. Cuando trabajamos con nuevos clientes es necesario establecer límites y así evitar la posibilidad de que nuestras dudas acaben pareciendo correcciones y críticas.

 

¿Cuándo debemos respetar la ambigüedad o los errores gramaticales?

 

Hay un momento y un lugar para todo, también la ambigüedad: por ejemplo, cuando es intencionada. Esto es común en textos literarios o periodísticos. Veamos un ejemplo de este último:

 

Los titulares son herramientas muy importantes y poderosas. Deben captar la atención del lector y se consigue con frases llamativos. Los titulares también pueden ser ambiguos de forma deliberada para despertar la curiosidad del lector. Los profesionales de la traducción debemos ser capaces de transmitir la intención del autor.

 
títular ambiguo

 

Veamos otro ejemplo, esta vez literario. Muchos autores utilizan una gramática o estructuras irregulares para añadir chispa a su trabajo. Otros juegan con las partes de una oración para manejar el tono, ritmo y estilo. Estos elementos deben mantenerse en la traducción. Del mismo modo, a veces incluyen estos fallos intencionados en los diálogos para revelar determinados aspectos del personaje en cuestión. De esto podemos inferir aspectos como la clase social, el nivel educativo o el lugar de procedencia.

 

En la poesía, como en la literatura, hay mucha flexibilidad a la hora de usar el lenguaje. De hecho, los poetas suelen jugar con las palabras incluso más que los autores de prosa. Por eso, la ambigüedad intencionada prevalece en la poesía. Esto dificulta la traducción, claro, pero debe respetarse siempre.

 

¿Se te ocurren otros ejemplos de ambigüedad intencionada?

 

Otras consideraciones

 

Nos gustaría recalcar que temas como los errores gramaticales, la ambigüedad y los errores de puntuación suelen ser solo eso, errores. Al fin y al cabo, somos humanos y los errores son parte de nuestra naturaleza. Es normal que se nos escape alguna errata de vez en cuando. ¡Incluso a nosotros, los traductores! Por eso la revisión es una parte fundamental de este trabajo.

 

Algunos errores, sin embargo, no tienen un origen humano, sino artificial. Las herramientas TAO son muy útiles, pero no son perfectas. Algunos documentos son difíciles de convertir, y esto puede causar muchos problemas. Si tenemos el documento original a mano, podemos comprobar si ese error es un mero fallo de conversión del documento.

 

Conclusión

 

Errar es humano. A veces, los errores gramaticales o la ambigüedad se cuelan en los documentos que nos toca traducir. Como profesionales de la traducción, debemos saber cómo detectar errores y subsanarlos de la mejor forma posible.

 

En Exero Soluciones nos esforzamos por ofrecer traducciones de  calidad y en mantener una relación sana y profesional con nuestros clientes. Nuestro objetivo es trabajar manteniendo un equilibrio perfecto entre la capacidad de resolución de problemas y la comunicación con el cliente. No te la juegues con tu contenido, nosotros no lo haremos.

 

¡Y hasta aquí nuestro artículo de hoy! Recuerda que puedes seguirnos en Twitter, Facebook, LinkedIn e Instagram para enterarte de cuándo sale el siguiente. Si necesitas un servicio de traducción de calidad, visita nuestra página y descubre todo lo que podemos ofrecerte. ¡Nos leemos!