Te lo explicamos con un ejemplo muy sencillo. Imagínate que has creado una app para calcular distancias y tu sueño es venderla en Estados Unidos. Mandas el contenido a traducir y cuando John Smith, en Chicago, se la descarga, descubre que las medidas están en metros. John Smith lleva toda su vida midiendo las distancias en millas, así que se molesta y se va dejándote una reseña negativa en la tienda de apps.
Si hubieras localizado la app en lugar de traducirla simplemente, podrías haberle ahorrado ese mal trago al pobre John Smith.
Algunos ejemplos típicos de textos que pueden necesitar un proceso de localización son programas informáticos, documentos de marketing, webs de compra online, documentación para TV o canales multimedia, publicaciones en redes sociales, herramientas colaborativas, etc.
Un proceso de localización fiable no solo incluirá traductores, sino también ingenieros que compilen y descompilen archivos, testers que comprueben que todo funciona desde el punto de vista lingüístico, cosmético y funcional, y jefes de proyectos especializados en la gestión de proyectos a varios idiomas.
Hoy en día, cualquier cliente que quiera desarrollar un producto web tiene que pensar en su futura localización y estar preparado para ello incluso antes de crearlo en su propio idioma.
En Exero somos expertos en localización y trabajamos con clientes nacionales e internacionales actualizando sus sitios web diariamente en proyectos a diferentes idiomas. Más de 25 años de experiencia y millones de palabras traducidas nos avalan.