Ante todo, ¡feliz día de la traducción! Hoy es nuestro día, hoy nos quitamos la capa de invisibilidad como magos de la lengua que somos y mostramos al mundo nuestro trabajo de lectura, análisis, comprensión y conversión de palabras, frases y sentidos como unos auténticos alquimistas que están a punto de tornar el plomo en oro. Y es que eso es lo que hacemos y lo que, en su día, hace siglos, ya hacía San Jerónimo, nuestro patrón: traducir, transcrear y pulir todo lo posible un texto para que el l...